lunes, 12 de enero de 2015

Con las nubes a mis pies.

Qué temporada tan descontrolada y en el buen sentido del concepto.

Nuevamente me he sentido bajo la profundidad del mar en un tsunami. Como todo me viene de golpe por infinidad de lados y yo no soy nada, más que un ser que flota y tiene todo absolutamente todo, hasta la misma vida, fuera de control.

¡Qué "error" más grande el querer controlar algo tentando a la sabia vida!

Pasado el tsunami siento como mi cuerpo sube a flote tras "sobrevivir" a la oleada de golpes. Veo un brillo precioso de luz y tengo una perspectiva desde lo alto, viendo un diminuto punto en la inmensidad azul del océano. Ahí identifico el entregarme a la vida y dejar que las mareas me lleven. Pese a esta última oleada, lo siento en calma.

No hay nada que controlar, no hay nada que entender, simplemente ser consciente de vivir desde el vivirse sin miedo al vivir. Sin miedo al miedo y con la mente en calma. Gran avance, precioso descubrir. Un primer paso hacia este camino sin meta predeterminada.

Esa belleza del darme cuenta de que nada es como creía y de que todo está ahí, esperando a que llame a su puerta.

Que sin fin esto de la vida, sinceramente siento que quizá sea eso su diamante escondido. Esa infinidad de verdades, caminos, opiniones, creencias, teorías... Que pese a la similitud entre unas y otras, o no, la verdad de cada uno, el sentir, el vivir, el descubrir, es único. Y siento que nunca, y ahí veo el diamante, se va a concluir el fin desde un entendimiento. Observando en esto que escribo, que es eso en sí ya la "única" respuesta (para mí). La esencia de la vida es mi propia esencia y esa esencia, venga desde dónde venga, es mi única verdad, infinita y mutable. Manteniendo mi entrega e integridad con ese océano, cielo y luz.

Yo me mantengo a flote, siento el agua en mi cuerpo, el vaivén descontrolado de tal inmensidad, el brillo de luz que desprende el sol, la brisa... Puedo ver y agradecer al cielo, buena perspectiva para saber dónde si y dónde no estoy. En definitiva, reconozco ese todo que todos formamos desde nuestra pieza única necesaria para su fin de evolucionar.

El todo se convierte en nada, siendo nada todo, lo importante carece de sentido y el fin de nuevo alerta a mis sentidos.

Quizá lo mejor de todo esto es la imposibilidad de ponerle palabras. Perdería su magia.

Quizá también sea eso lo que me lleve a querer escribir. A querer mostrar lo indefinible a través de un sin sentido.

Y ahí, en un abrazo la vida empieza y acaba.



martes, 11 de noviembre de 2014

Libertad.

No existen limites y la imaginación elimina cualquier barrera. No existe lo que está bien ni lo que está mal. No me siento juzgada... ¡ni tan siquiera cuerda! ¡Me declaro loca! Una loca vista desde la visión más loca jamás creada, si esa, la social. Esa que mira desde unas creencias irracionales y heredadas eliminando así el valor del ser a cada uno.

Y es que nadie tiene el manual. Nadie sabe que es o no verdad. Sin embargo, no dejamos de saber y cómo yo, sabes que no sabemos nada.

Sinceramente siento que el único que tiene la verdad, tu verdad, es tu corazón y eres tú quién decide a quién hacerle caso. Si a él o ellos.

Yo no deje de buscar. Sin saber lo que buscaba.

Hubo un tiempo en que creí tenerlo todo. ¡Este ego que me cuida! Pero algo en mi fondo me llevaba al querer encontrar. Y entonces, apareció mi verdad. Que no la tuya ni la de ellos, si no la mía.

La libertad.



Yo vine a vivir desde el corazón. ¡No sé cuantas vidas antes fueron necesarias...! Vine a vivir al margen de normas sociales y de acuerdos interesados.

¡Me despido de este mundo de “cuerdos” para entrar en este otro de “locos”! A éste, dónde nada es todo y todo vale. A éste, dónde sólo se siente y no se piensa. A éste dónde yo soy tú y tú eres yo y todos somos todo.

Te miro y me veo. Me quiero y te quiero. Se juega y se crea. Se imagina... ¡Y todo está bien!

Me mudo al mundo de la cooperación, del AMOR. Al mundo de la libertad, del volar, del ser yo. Me mudo al mundo en el que soy libre. En dónde el qué, cómo y con quién lo decide mi corazón.

Si... Estaré loca, ¡pero al menos soy una loca feliz y enamorada!

Y por si hubiera dudas... esto no se piensa, ni se entiende. Ni se crea ni se inventa. Esto, querido amigo, se siente. Es certeza.

domingo, 21 de septiembre de 2014

No te pido que lo entiendas.

Es un punto y aparte.

Tengo que frenar aquí. Escuchar. Observar y absorber.

Sin pensar. Sin razonar. Sin preguntar.

Creo que ésta, es la única forma de poder entender.

Es como si te dijera que todo lo que sabes hasta ahora es mentira. Que todo en lo que creías no existe. Que estamos engañados y que la vida te está esperando.


¿Cómo diablos entender eso? ¿Cómo creerlo? Cómo tener la certeza de que todas tus creencias y todas tus experiencias “reales” hasta el momento son engaños. Ilusiones. ¡No existen! Cómo entender que todo lo que experimentas está bajo tu control. Que todo eso que sientes y vives tan real no es más que parte de tu invención. ¿Cómo entenderlo? 

Estamos limitados por nuestros sentidos y no somos capaces de ver más allá de lo que nuestros ojos nos permiten. 

Me resulta casi imposible llegar a creer que esto que yo veo no es real y que aquello que aún no puedo ver sí que lo es.

¡Desde luego qué es de locos!

Pero una vez dado el paso... ¿Qué es más de locos? Vivir en este mundo de mentira, de dolor, de sufrimiento, de obligación, de poder, de miedo… en este mundo creado para revivir la separación. O empezar a tomar conciencia y sí, quizá responder esa pregunta formulada una infinidad de veces sobre el sentido de la vida. E independientemente de tu incansable búsqueda no encontrar respuesta. Quizá es menos locura encontrar la paz, tu paz interior. Expandir este mensaje, esta sabiduría más allá de las justificaciones, de la ciencia, de lo que creemos cierto y no es más que parte de nuestra desesperada indagación. De nuestra creación. De nuestra creencia de ser únicos.

Quizá es menos locura dar rienda suelta a la información. Porque si alguien la tiene, cualquiera la predica, ya existe. No sé si se tratará de otra de nuestras fantasías, pero lo que tengo claro es que si a través de ésta experimento, vivo, todo eso que he estado buscando... La paz, el amor, la felicidad, el lujo de la experiencia física y al fin, el sentido a la vida. Creo que me adjudico como una loca incondicional.

Que se pare este mundo. No quiero entender, ni razonar, ni dar explicaciones. Me despido del miedo y del sufrimiento. Ese no es el sentido de la vida.

Sólo voy a vivir y esta vez de verdad.


No te pido que lo entiendas.

Pero quiero que sepas, que esta vez he encontrado la respuesta.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Septiembre.


Los días han comenzado a ser más cortos. El sol se esconde y la oscuridad se hace dueña de la noche.

Se empieza a notar ese aire otoñal. Esa sensación de brisa fría sobre la cara y esos rayos de sol todavía con color a verano.

De repente todo vuelve.

Parece que eso que has estado esperando durante un tiempo ha pasado sin apenas darte cuenta. Un abrir y cerrar de ojos.

Y es que el verano tiene algo especial.

Se lo agradezco al otoño, pero sobre todo al invierno. Ellos son los que me enseñan a quererle más. Aunque no menos a vosotros que venís cargaditos de regalos, de nuevos años y tardes de domingo en el sofá, calcetines hasta arriba y mantas, de esas que pesan. Pero no vamos a adelantar acontecimientos.

Acaba con septiembre. O al menos septiembre es mi fin de verano, es mi fin de eso tan especial.

Dejar la playa, la naturaleza, la familia, los amigos, los planes infinitos, la falta de tiempo, el ir y venir… el volver.

Para recibir a septiembre con sonrisa, con los pelos de punta y con más lágrimas de lo normal.

Un vaivén de emociones.

Rutina. Gran ciudad. Metro. Gente y más gente. Un poco de soledad. Un inevitable echar de menos.   
Pero… eres septiembre.

Mi preferido.

Mes en el que decidí venir a la vida. Mi primer día, mi primer mes, mi primer año. Mi nuevo comienzo, mi sensibilidad. Esa línea entre el recién subidón de adrenalina y la vuelta a empezar. Si hay algo cierto, es que ahora es cuanta más energía hay. Pilas cargadas, ganas por empezar y emoción por el que vendrá.

Otra cosa sería hablar ya entrado noviembre o empezando marzo.

Sinceramente, no viene nada mal eso de irse y eso de volver.

Un llegar, observar y ver.

Vive hoy porque morirás mañana. Al menos físicamente mañana o a saber cuándo, dejarás de existir, de vivir, de experimentar, de disfrutar… de volver a empezar.



viernes, 1 de agosto de 2014

Una forma de vida.

Después de un hasta pronto. De un tiempo para mí. De un crecimiento necesario. De un nuevo descubrimiento. De un nuevo comienzo. De una nueva ilusión... De un simple instante si lo miras desde “todo lo que aún queda.”

¡De nuevo estoy aquí!

Me gusta esa sensación de volver a escribir después de un punto y seguido. Consigo emocionarme, consigo dejar fluir mis dedos sobre el teclado y que las palabras salgan solas.

Esta pasión va conmigo. Forma parte de mí. No se crea ni se intenta, simplemente nace y crece al igual que yo. Ha nacido y crecido con mi persona y como tal experimenta todas mis experiencias, todos mis aprendizajes, todas mis primeras letras mayúsculas.

Ha sido un periodo de transición, un cambio hacia una luz que brilla y sólo puede ofrecerme vida, ilusión y paz.

Ahora me encuentro en un baile con la vida, bailando la misma canción y sin pisadas inesperadas. Estamos escuchando lo mismo. ¡Y eso, eso me encanta!

Es algo más que todo lo que unas palabras puedan describir. Sentí en mi corazón lo que la vida me depara en el ahora y en el mañana cercano y no he podido ser más feliz. No he podido agradecerle más al todo por dejarme disfrutar de mi corazón, de su verdad.

No es fácil saber escuchar lo que te dice, a veces ni tan siquiera somos conscientes de todo lo que habla. Pero este tiempo ha sido necesario para que la vida me lo enseñe y creo que voy en buena dirección.

Toda esta etapa la cierro con una palabra, AMOR.

Escuché que era lo que te daban los demás. Qué era lo que sientes cuando alguien te quiere. Qué se daba en la familia, en la pareja, en los amigos… pero sin embargo aprendí que el AMOR ES UNA FORMA DE VIDA. Qué la vida puede vivirse desde el amor o desde el miedo. Qué el amor es lo único que existe y qué el amor es la única verdad.

Yo elegí vivir desde el amor.

Y la vida empezó a corresponderme de la misma manera.


AMOR

lunes, 12 de mayo de 2014

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?

No te preocupes. ¡No estás perdiendo el tiempo! 

No te preocupes por tus títulos. Eso solamente te define en un aspecto mínimo y a veces ni eso, detrás hay mucho, pero que mucho más. Una persona. Tú.

Y eso es lo importante. Tú.


Tú has venido aquí para vivir y eso es lo que estás haciendo, vivir. ¿Qué más quieres? Estate tranquilo, “tu misión se ha cumplido”. Viniste a la vida y en la vida lo que se hace es VIVIR. Aunque nadie nos enseñe, aunque esto no se estudie y aunque sean muchos los que no sepan el cómo se hace esto del vivir. Al menos el cómo hacerlo desde mi perspectiva. Feliz.

Puede que estas letras te sirvan cuando te surja esa maldita o bendita ni sé, pregunta. Cuando empieces a sentir esa necesidad de tener tu tiempo ocupado y tus objetivos claros. Cuando te des cuenta que nada era como pensabas y que ahora la respuesta está en ti, porque ya no hay nadie que te diga cómo seguir al rebaño. No eres el único.

Y sí, era eso lo que tenían que haber enseñado. A no depender de nada y a dejar fluir nuestras ideas y mejores capacidades con libertad, sin necesidad de corresponder a nadie.

Tu vida está para vivirla ¡eso es lo mejor de ella!

Por supuesto, no seas un zoquete, así de claro. Esto no es para que te tires a la bartola y digas” mira que yo estoy viviendo”… o bueno si, si eso te hace feliz pues a la bartola. Pero la verdad es, que yo te digo esto para que no dejes que tu felicidad sea efímera y consecuencia de un trabajo, de una valoración externa o de un curriculum de veinte caras.

Encuentra esa perspectiva, esa visión de la vida desde el vivir. Siéntete en armonía con ella y no desperdicies ni un minuto más en el pensar y en el fijar, todas las cosas que están pendientes para el mañana.

Otra vez ha pasado desapercibido el cambio del invierno a la primavera…

¿Y ahora qué?

Sonríe. Grita. Ama. Besa. Haz el amor. Abraza. Agradece. Quiérete, quiérelos. No te pongas el despertador. Ve una película. Échate una siesta. Corre bajo la lluvia. Mójate. Canta. Baila. Salta. Cáete, tírate y vuélvete a levantar . Di todo eso que aún no has dicho. Disfruta de la soledad. De la compañía. Mira la luna, al sol. El cielo, las estrellas. El mar nunca se va pero puedes observarle hoy. Siente la arena, las olas. NO NECESITES, DESEA. Respira. Sé feliz.

Si puedes serlo hoy, ¿por qué vas a esperar a mañana?


Deja que la vida haga su trabajo.

Tú haz el tuyo. ¡Vive!

Mañana todavía no existe.

domingo, 4 de mayo de 2014

Mamá.

Dicen que somos nosotros los que elegimos a nuestros padres y no al revés.

Que es el alma el que decide dónde vivir esta vez y con quién.

Nadie, o eso creo, sabe a ciencia cierta qué es verdad y qué no lo es. Y para mí, esto de la vida es infinitamente relativo a la vez que realmente extraordinario así que sé, que puedo creer en todo lo que yo quiera y esto puede que sea una de mis creencias.

No sé por qué os elegí a vosotros, en concreto a ti, mamá o bueno pensándolo mejor sí que lo sé.

Ha sido difícil. Mucho.

No nos entendíamos. Parecíamos ser de diferentes planetas. No comprendía por qué esa forma tuya de ver la vida y el porqué de yo verla de ésta otra.

Me llevó tiempo. Estuve triste, mucho. Me obligaba a entender cosas que no podía explicarme.

Pero con el tiempo me di cuenta y me enamoré.

Te elegí para venir al mundo, para crecer y para tenerte como la mayor razón de mi aprendizaje y sabiduría. Era esa contrariedad lo que necesitaba para ser esto, lo que soy.

Tenía tanto que aprender de ti… y me costó tanto saberlo.

Me enamoré de una sonrisa, de unos ojos verdes agua, de una cara de princesa, de una inocencia, de un miedo al miedo, de un despiste… me enamoré de todos los porque no. Ellos fueron la razón de todas mis explicaciones. Me enamoré de ese afán por conseguir que me entendieras. De la negatividad que te acompañó. Ella fue el resultado de mi indiscutible personalidad. 

Me enamoré de ti y aprendí a quererte aún más.

Tú para mí y yo para ti. Las dos nos hemos necesitado para el hoy, para crecer.

Te diste la oportunidad y me permití darte todo mi amor.

Prometo vivirte, disfrutarte y quererte toda mi vida

Te quiero mamá.