Culpa, maldita culpa.
Nos pasamos parte de la
vida creyendo que todo lo que nos pasa depende de los demás. “Tú me has hecho
esto, tú me has hablado así, ella desde entonces no deja de mirarme de esa
manera y de él… ni hablo.”
¿Qué te parece si a
partir de ahora el “por qué tú” lo dejamos a un lado de nuestras explicaciones,
de nuestros enfados y de nuestros malos ratos? Y empezamos a usar, “es que YO”
cuando tú has dicho tal cosa me he sentido así. A usarlo siempre ¡vaya, sin
excepción! En cuanto notes que en tu organismo empieza a ocurrir a causa de
estar en interacción con otro u otros, algo que desemboca en pena, rabia,
enfado, alegría, sin duda ellos tienen mucho que ver, pero si tienes algo que
decir, por favor, con el YO por delante.
“Mira es que cuando
haces eso, dices tal cosa, a mí me sienta mal. No quiero pensar que lo hagas
para fastidiarme pero que sepas que me fastidia”. Ahora él, ella, ellos, verán
lo que hacen y tú con su próxima actitud decidirás si te conviene o no seguir
con él, ella, ellos.
“Que sepas que desde el
principio siempre has actuado de una forma que a mí me encanta y eso, eso me
hace muy feliz. Gracias” puede que a otro, otra, otros no le encante ¿me
entiendes, no? Todo sin menos preciar las virtudes ajenas.
“No puedo soportar VER
esto aquí. Siempre lo dejas, que sé que lo haces sin querer, pero por favor
intenta guardarlo en su sitio, así sería mucho más fácil encontrarlo la próxima
vez y no verlo yo siempre en mitad del camino, gracias”
“Quizá tenga que
cambiar YO y ser un poco más flexible, total todo mi entorno sigue su curso y
esto son pequeñas cosas sin importancia y tal vez así me ahorre malos ratos”
Considero que hay una
grandísima diferencia. Diferencia que podría cambiar muchas cosas y ¿por qué?
Cada uno somos únicos e irrepetibles, todo es igual, pero todo es distinto.
¡Qué contradicción más verdadera! Por qué te digo esto, pues porque considero
que todos en esencia somos lo mismo, personas que vivimos en constante
interacción, con unos valores, virtudes, responsabilidades… iguales en sí, pero
diferentes en cada uno. Tu respeto, tu amor, tu ilusión, tu vida… depende
solamente de ti, eso es lo que lo hace diferente pese a la igualdad. Eso es lo
que te hace único y esa es la razón para mantenerme al margen de lo concreto y
para hablar desde un punto de vista, el mío. Sin dar por hecho que pueda serte
útil, pero sí considerando que es importante que lo sepas, que lo tengas en
cuenta.
Volviendo a lo que te
decía.
Te aseguro que funciona
y si no tiempo ¡pruébalo! Verás que todo es mucho más agradable. Lo importante
es que tú estés bien, que mejores con los tuyos, con tu entorno y que hagas de
tus situaciones algo más complicadas, momentos más llevaderos y tranquilos.
Y por si lo has
olvidado, EL RESTO NO TIENE LA CULPA DE LO QUE A TI TE PASE. Es decir, vamos a
ser claros y no quiero que te siente mal, pero si estás en una situación que no
te conviene, que ves que no levantas cabeza y que de ahí sale de todo menos
algo productivo, ¿a qué estás esperando?
Si te has levantado con
el pie izquierdo, con el derecho o con los dos y de repente todo te molesta,
estás todo menos agradable ¡recuerda que los demás no tenemos nada que ver! En
tal caso cuéntaselo y cómo no, desde el YO, a la persona o personas que hayan
originado esa sensación en ti y ya sabes, tú sabrás hasta donde estás
dispuesto/a a llegar.
Si por el contrario y
estás en todo tu derecho, simplemente has tenido un mal día, pues mira, porque
hay razones para tener malos días. Has dormido mal, no encontrabas que ponerte,
estás estresado porque tu vida es absolutamente estresante, se te ha muerto un
ser querido y mil y una cosas más. Antes de ser desagradable, de perder las
formas, piensa que los demás, aunque haya situaciones en los que los demás te
sean totalmente indiferentes, incluso te moleste su presencia, ¡no tienen la
culpa de nada! Espero que puedas
entenderme.
¡Todo en la vida es
NEUTRAL!
Y cada
uno le damos forma, nuestra propia forma. Sin discutir la igualdad de la
situación, es decir, que tú recibas una buena noticia y lo celebres, no
significa que el otro también reciba la misma noticia y lo celebre de la misma
manera. Seguro que lo celebra, pero seguro que no igual que tú y así con todo,
y digo con TODO lo demás.
¡Tú eres el responsable
de todo lo que te pasa! de lo que sientes o no sientes o de cómo vives tal o
cual cosa. Nadie hace que tú sientas o no así y si hay alguien que distrae a tu
bienestar ¿a qué esperas?
Indiscutiblemente cada
uno sentimos y vivimos de una manera, de ahí que cada uno vea el mundo, la vida,
de una forma diferente.
Pero no cometas el error de responsabilizar a los demás
de tu visión.