Una vez leí que una
razón para saber que estamos vivos es la toma de decisiones. Y que dejar de
decidir seria como estar muerto en vida y de verdad, ¡qué horror!
Tenemos
el poder de decidir sobre la gran mayoría de las cosas, así que no dejes de
hacerlo. Desde que empiezas tu día hasta que se acaba, estás decidiendo.
Levantarme ya o quedarme un poquito más, qué desayunar, qué ponerme hoy… etc.
infinitos que no son más que el día a día.
Por el contrario y sé
que sabes de lo que hablo, como en la vida misma no todo puede ser bonito (esto es
una de las cosas que la hace maravillosa) en muchas de
las decisiones que tomes o hayas tomado, te habrás equivocado o te equivocarás, pero no pasa nada,
que no decaiga el ánimo, ¿quién te iba a decir a ti que la otra opción era o será la
correcta? Ha sido así y así tendría que ser. No pasa nada, no te canses y sigue
decidiendo, es una gran virtud y sería un gran error desaprovecharla. Además y
como te decía, estoy segura que lo habrás vivido y sabrás de sobra que hay
muchas cosas que no dependen de nosotros, que no son decisiones nuestras, y en
su gran mayoría todas esas cosas van con el apellido negativo. Te hablo de una
enfermedad, de un accidente, de una desgracia inesperada. Pues sí, todas esas
cosas que a veces puede que una decisión previa nos lleve a ellas, pero existen
muchísimas más veces en las que no, en las que llega así, sin previo aviso, o
en las que no hemos sabido ver el aviso.
Como no quiero ponerte
triste ni ponerme yo, vamos a ver qué podemos hacer con esto. ¿Qué tal si
cogemos el lado menos malo de todo esto? ¿Qué tal si valoramos esa virtud tan
maravillosa que tenemos de decidir en lo que sí podemos y no dejamos
JAMÁS de hacerlo?
Te ánimo a que decidas.
Sea lo que sea, siempre decide. Nunca estará mal. Lo realmente malo será que
algún día dejes de hacerlo.
¿Qué te parece si empecemos
a decidir hacer de nuestra vida una vida mejor y a prepararnos para todas esas
adversidades que llegan sin avisar?
Creo que es un buen
plan.