Pon tu mano sobre tu corazón, cierra los ojos, respira hondo y di: “TE
PERDONO”.
No sé por qué ni a cuantos, pero estoy segura que te estás acordando de
unas cuantas cosas que juraste jamás pasar por alto. En su día te dolieron,
tuvieran mayor o menor importancia. No fue justo y tú lo sentiste y sientes
así. Te sientes decepcionado/a, triste y no puedes pensar en perdonarlo.
He aprendido que tu perdón hacia alguien, o bueno tu rencor no cambia su
actitud, solo la tuya hacia ese alguien y hacia tu persona. El perdón no es
para que el otro, otra, otros, se vayan de rositas ni hacer como que aquí no
pasa nada. El perdón es para evitar tu rencor y tu dolor. Es para sentirte
mejor y para no guardar cosas que no te pertenecen. Si te engañó, te
decepcionó, te criticó, te humilló… perdónalo no por él, ella, ellos, si no por
ti. No te mereces esa carga y si lo piensas, ni tan siquiera merece la pena, no
has sido tú quien decepcionó, humilló, engañó.
Como sé que eres persona y como yo también lo soy, aunque el mundo sea para
cada uno tan distinto, sé que te habrás equivocado alguna vez y
seguro que lo harás muchas más. Quizá sí hubo un tiempo en el que
hiciste daño, en el que decepcionaste, engañaste, criticaste,
humillaste.... Ahora es momento de pedirte perdón a ti. No me cabe duda de que
no era tu intención o no supiste manejar la situación y no puedes culparte por
ello, PERDÓNATE y aprende de esa experiencia.
En la vida nos tenemos que equivocar para aprender, crecer y al vivir en
sociedad y relacionarnos, indiscutiblemente muchas de las veces te equivocarás
con quien estés en interacción. Primero perdónate a ti y por qué no, aunque
creas que ya es tarde pide perdón al que hiciste daño y perdona al que te lo
hizo. Hay muchas maneras de pedir perdón, no necesariamente tienes que
presentarte en la puerta de su casa con un cartel y un ramo de flores pidiendo
disculpas. Puede ser algo personal, una conversación contigo mismo, al final se
trata de eso ¡de sentirnos mejor con nosotros mismos!
Yo estoy muy orgullosa de todas mis virtudes y no tanto de todos mis defectos.
Son eso ¿no? defectos. Hace un tiempo probé a utilizar el perdón en mis
relaciones más cotidianas, aparte de cómo te he contado, lo sumé al día a día,
a esos momentos en los que a veces inundado por tus defectos o tus virtudes
haces daño a alguien sin querer. He debatido mucho sobre este tema, y he oído
el “pero bueno como vas a perdonar por ser tú o por decir tal que no es nada
malo”, que cambie él o ella… pues sí, puede que sea razonable y puede que
también lo sea pedir perdón. No me importa hacerlo y soy consciente de que a
veces pasa, herimos sin darnos cuenta.
A mí me hace sentirme mejor y siento que tengo mi corazón en paz.
Sinceramente es algo de lo que no me voy a desprender.
Un tema muy interesante, Sara.
ResponderEliminarEl perdón es el último paso para sanar el dolor emocional y encontrar la paz. Una elección para poder estar libres, porque mientras seguimos conectados con lo que no nos gusta o enganchados a la persona que ha provocado nuestro malestar, dependemos de esa persona o de que algo cambie en ella para ser felices.
Un abrazo y buen fin de semana.
Sí Karima, tienes toda la razón!
Eliminar¡Perdonar nos hace libres!
Un abrazo y siempre gracias!
Me ha gustado mucho este tema. Es algo que realmente tenemos que hacer más y no solo hacia los demás, ya que muchas veces nos olvidamos de perdonarnos a nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias por hacerme pensar en ello.
Un beso!
Hola Arya, me alegra mucho que te haya gustado y te agradezco mucho más que te pases por "mi rinconcito"
EliminarSí, perdonar nos libera de cosas que no nos pertenecen. Te permite sentirte en paz contigo mismo y cambiar la perspectiva "negativa" que tenias hacia los que no perdonabas.
Es un esfuerzo por tu parte, pero poco a poco lo agradecerás.
Un abrazo y gracias :-)