miércoles, 12 de febrero de 2014

Perdón.

Pon tu mano sobre tu corazón, cierra los ojos, respira hondo y di: “TE PERDONO”.

No sé por qué ni a cuantos, pero estoy segura que te estás acordando de unas cuantas cosas que juraste jamás pasar por alto. En su día te dolieron, tuvieran mayor o menor importancia. No fue justo y tú lo sentiste y sientes así. Te sientes decepcionado/a, triste y no puedes pensar en perdonarlo.

He aprendido que tu perdón hacia alguien, o bueno tu rencor no cambia su actitud, solo la tuya hacia ese alguien y hacia tu persona. El perdón no es para que el otro, otra, otros, se vayan de rositas ni hacer como que aquí no pasa nada. El perdón es para evitar tu rencor y tu dolor. Es para sentirte mejor y para no guardar cosas que no te pertenecen. Si te engañó, te decepcionó, te criticó, te humilló… perdónalo no por él, ella, ellos, si no por ti. No te mereces esa carga y si lo piensas, ni tan siquiera merece la pena, no has sido tú quien decepcionó, humilló, engañó.


Como sé que eres persona y como yo también lo soy, aunque el mundo sea para cada uno tan distinto, sé que te habrás equivocado alguna vez y seguro que lo harás muchas más. Quizá sí hubo un tiempo en el que hiciste daño, en el que decepcionaste, engañaste, criticaste, humillaste.... Ahora es momento de pedirte perdón a ti. No me cabe duda de que no era tu intención o no supiste manejar la situación y no puedes culparte por ello, PERDÓNATE y aprende de esa experiencia.

En la vida nos tenemos que equivocar para aprender, crecer y al vivir en sociedad y relacionarnos, indiscutiblemente muchas de las veces te equivocarás con quien estés en interacción. Primero perdónate a ti y por qué no, aunque creas que ya es tarde pide perdón al que hiciste daño y perdona al que te lo hizo. Hay muchas maneras de pedir perdón, no necesariamente tienes que presentarte en la puerta de su casa con un cartel y un ramo de flores pidiendo disculpas. Puede ser algo personal, una conversación contigo mismo, al final se trata de eso ¡de sentirnos mejor con nosotros mismos!

Yo estoy muy orgullosa de todas mis virtudes y no tanto de todos mis defectos. Son eso ¿no? defectos. Hace un tiempo probé a utilizar el perdón en mis relaciones más cotidianas, aparte de cómo te he contado, lo sumé al día a día, a esos momentos en los que a veces inundado por tus defectos o tus virtudes haces daño a alguien sin querer. He debatido mucho sobre este tema, y he oído el “pero bueno como vas a perdonar por ser tú o por decir tal que no es nada malo”, que cambie él o ella… pues sí, puede que sea razonable y puede que también lo sea pedir perdón. No me importa hacerlo y soy consciente de que a veces pasa, herimos sin darnos cuenta. 

A mí me hace sentirme mejor y siento que tengo mi corazón en paz.

Sinceramente es algo de lo que no me voy a desprender.


4 comentarios:

  1. Un tema muy interesante, Sara.
    El perdón es el último paso para sanar el dolor emocional y encontrar la paz. Una elección para poder estar libres, porque mientras seguimos conectados con lo que no nos gusta o enganchados a la persona que ha provocado nuestro malestar, dependemos de esa persona o de que algo cambie en ella para ser felices.
    Un abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí Karima, tienes toda la razón!

      ¡Perdonar nos hace libres!

      Un abrazo y siempre gracias!

      Eliminar
  2. Me ha gustado mucho este tema. Es algo que realmente tenemos que hacer más y no solo hacia los demás, ya que muchas veces nos olvidamos de perdonarnos a nosotros mismos.
    Gracias por hacerme pensar en ello.
    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Arya, me alegra mucho que te haya gustado y te agradezco mucho más que te pases por "mi rinconcito"

      Sí, perdonar nos libera de cosas que no nos pertenecen. Te permite sentirte en paz contigo mismo y cambiar la perspectiva "negativa" que tenias hacia los que no perdonabas.

      Es un esfuerzo por tu parte, pero poco a poco lo agradecerás.

      Un abrazo y gracias :-)

      Eliminar