jueves, 16 de enero de 2014

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en el que solo los afortunados, los que tenían poder, podían formarse y como consecuente conseguir un puesto de trabajo y ganarse bien la vida.

Hubo un tiempo en el que una gran parte de la sociedad no tenía poder para permitirse el exceso del coste que la formación, los estudios, requirieran, pero igualmente consiguieron y ganaron bien su vida.

Hubo un tiempo en el que nos hicieron creer que tener conocimientos te garantizaba un puesto de trabajo. Una estabilidad.

Y en todo este tiempo te hemos dado por hecho. Nos has parecido algo obvio y de tan obvio que eres, te hemos obviado.

Me refiero a nosotros mismos, a nuestra persona.

Ahora estamos en un tiempo en el que hagas lo hagas da igual, porque nada parece ser suficiente. Las oportunidades deben de haber terminado o se encuentran muy bien escondidas. Nos hemos “machacado” a estudiar y a garantizar nuestro futuro, sin garantía alguna.

Y estamos perdidos.

No es para nada fácil aceptar esta dificultad.

No me quiero limitar a esta injusticia o justicia social, ya ni sé, si no que quiero ir más allá. Quiero ver esa razón de nuestra desilusión, de nuestro desconsuelo, de nuestra emigración y de nuestra falta de seguridad y confianza. Quizá no sea una respuesta ni una solución, pero quizá sea un gran primer paso a nivel personal e individual, que tenga como consiguiente mejorar tu tú contigo y tu tú con todo lo demás.

Hemos creído y puesto en primer plano un reconocimiento social, aceptando lo que se imponía y luchando para conseguirlo. No sé en que estábamos pensando, pero sí en lo que no pensábamos.

No nos hemos acordado ni se han acordado de enseñarnos, ante todo y antes de todo, a ser personas. Saber ser, saber vivir con todo eso que creemos saber muy bien y no tenemos ni la menor idea. Saber ser una persona en sí, persona con todos esos valores, responsabilidades y virtudes tan fantásticas que poseemos. Amor, ilusión, respeto, sinceridad, vida…

No te hablo de nada nuevo, todo ya está dicho. Sin embargo, no le hacemos siempre caso.

Estoy segura de que nunca, o casi nunca, podrás ofrecer, ser, dar, enseñar nada que primero no esté en ti.

¿Te imaginas un mundo en el que cada tú, se diera a si, lo mejor?

Quizás así pudiéramos encontrarnos.


2 comentarios:

  1. Siempre he pensado que no sabemos vivir, que no sabemos aprovechar lo que tenemos delante. Quiza el problema este en que siempre nos preguntamos como nos ven los demas sin preocuparnos en que eso nos pisotea a nosotros mismos. Respondiendo a tu pregunta, y aunque suene egoista, creo que ha llegado el momento de pensar en nosotros. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Lena, sí totalmente. Egoísta o no no sé, pero creo que para pensar bien en los demás primero tienes que pensar bien en ti mismo, así que sí es el momento y siempre lo es, de pensar en nosotros mismos, y cuanto mejor estés contigo mismo, mejor estarás con los demás.
      Un abrazo y gracias por pasarte :-)

      Eliminar