Hubo un tiempo en el
que solo los afortunados, los que tenían poder, podían formarse y como
consecuente conseguir un puesto de trabajo y ganarse bien la vida.
Hubo un tiempo en el
que una gran parte de la sociedad no tenía poder para permitirse el exceso del
coste que la formación, los estudios, requirieran, pero igualmente consiguieron
y ganaron bien su vida.
Hubo un tiempo en el
que nos hicieron creer que tener conocimientos te garantizaba un puesto de
trabajo. Una estabilidad.
Y en todo este tiempo
te hemos dado por hecho. Nos has parecido algo obvio y de tan obvio que eres,
te hemos obviado.
Me refiero a nosotros
mismos, a nuestra persona.
Ahora estamos en un
tiempo en el que hagas lo hagas da igual, porque nada parece ser suficiente.
Las oportunidades deben de haber terminado o se encuentran muy bien escondidas.
Nos hemos “machacado” a estudiar y a garantizar nuestro futuro, sin garantía
alguna.
Y estamos perdidos.
No es para nada fácil
aceptar esta dificultad.
No me quiero limitar a
esta injusticia o justicia social, ya ni sé, si no que quiero ir más allá.
Quiero ver esa razón de nuestra desilusión, de nuestro desconsuelo, de nuestra
emigración y de nuestra falta de seguridad y confianza. Quizá no sea una respuesta
ni una solución, pero quizá sea un gran primer paso a nivel personal e
individual, que tenga como consiguiente mejorar tu tú contigo y tu tú con todo
lo demás.
Hemos creído y puesto
en primer plano un reconocimiento social, aceptando lo que se imponía y
luchando para conseguirlo. No sé en que estábamos pensando, pero sí en lo que
no pensábamos.
No nos hemos acordado
ni se han acordado de enseñarnos, ante todo y antes de todo, a ser personas. Saber
ser, saber vivir con todo eso que creemos saber muy bien y no tenemos ni la
menor idea. Saber ser una persona en sí, persona con todos esos valores,
responsabilidades y virtudes tan fantásticas que poseemos. Amor, ilusión,
respeto, sinceridad, vida…
No te hablo de nada nuevo, todo ya está dicho. Sin embargo, no le hacemos siempre caso.
Estoy segura de que
nunca, o casi nunca, podrás ofrecer, ser, dar, enseñar nada que primero no esté
en ti.
¿Te imaginas un mundo
en el que cada tú, se diera a si, lo mejor?
Quizás así pudiéramos encontrarnos.
Siempre he pensado que no sabemos vivir, que no sabemos aprovechar lo que tenemos delante. Quiza el problema este en que siempre nos preguntamos como nos ven los demas sin preocuparnos en que eso nos pisotea a nosotros mismos. Respondiendo a tu pregunta, y aunque suene egoista, creo que ha llegado el momento de pensar en nosotros. :)
ResponderEliminarHola Lena, sí totalmente. Egoísta o no no sé, pero creo que para pensar bien en los demás primero tienes que pensar bien en ti mismo, así que sí es el momento y siempre lo es, de pensar en nosotros mismos, y cuanto mejor estés contigo mismo, mejor estarás con los demás.
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte :-)