Me encanta su
sensación.
Creo que como a muchos
de nosotros.
Te activa. Te llena de
ganas. Te motiva. Hace que tu día sea todavía mejor. Te da energía. Te trasmite
calor. Si le miras fijamente te ciega. Ilumina. Da luz.
La mayor luz jamás imaginada.
Adoro el sol.
Me encanta el buen
tiempo. Los jardines llenos de gente. Las sonrisas en las caras. Las terrazas
decoradas. La disposición para comerte el mundo.
Hoy aquí también ha salido.
Han subido las temperaturas y todos como pequeñas lagartijas hemos salido a
saborearlo.
¡Qué planazo!
Después de un largo
paseo disfrutando de la naturaleza, he decidido sentarme. Había bastantes rincones
donde parar, pero yo he elegido ese. Junto a un pequeño estanque. He mirado que
la hierba estuviera seca y que pudiera sentarme plácidamente. Nada más acomodarme
he observado el agua. Se reflejaba el sol y era una imagen realmente preciosa. También
te digo, yo soy muy así. ¡Me encantan todas esas cosas!
Ha sido cuestión de
unos minutos que curioseara la hierba. Había miles de tréboles alrededor del
estanque y nada más verlos he pensado, “seguro que hay uno de cuatro hojas para
mí”. Puede que suene raro, pero he girado la cabeza y ahí estaba. Me he dicho
unos segundos antes a mí misma algo, que iba a pasar en unos instantes. No sé,
intuición quizá. Pero por un segundo lo he sabido antes de encontrarlo.
A veces estas cosas
suenan increíbles. Pero es tal como te lo cuento. La verdad es que no recuerdo
antes a ver pensado en un trébol de 4 hojas. Y hoy ha sido verlos, pasar ese
pensamiento por mi cabeza, girar la mirada y voilà.
Ahí estaba mi trébol de
4 hojas.
Me he sentido
afortunada. No sé, llena de felicidad. He gritado para mí ¡un trébol de 4
hojas! Lo acabo de encontrar. ¡Qué genial, qué feliz! Gracias.
Dicen que da buena
suerte y de ahí justifico mi sensación. O puede ser que también el haberlo
sabido, el haber tenido esa intuición que estaba a punto de convertirse en un
hecho, me haya ocasionado sentirme genial. Me cuesta expresarlo.
Yo soy de las que creo en un todo. De las que considero que todos formamos parte de una totalidad y como tal yo soy una pequeñísima pieza. Adoro la naturaleza y pienso que es la más sabia y sincera. Solo tienes que saber apreciarla y estar preparado para querer escucharla.
Me ha regalado un trébol
de 4 hojas. No sé si dará suerte. Ojalá pueda contarte que sí. Igualmente soy
de las que cree que la suerte va detrás de un gran trabajo. Pero… dicen que de
10.000 tréboles de 3 hojas hay 1 de 4.
Quizá mi suerte haya
sido encontrarlo.
Por último, me hace ilusión compartir estas fotos contigo. La primera es esa preciosidad que te decía.
Además si te fijas hay un pequeño corazón, otro regalo inesperado de la
naturaleza. Y la otra… creo que habla por si sola.
La naturaleza... algo que nos rodea y no somos capaces de apreciar.
ResponderEliminarHay veces que es necesario salir a pasear por un parque y empaparse de ella, es tan bonita y relajante (sobretodo en un día soleado). En fin... es algo que me encanta y de la que tenemos que cuidar.
Me ha gustado tú entrada!!
Un saludo!!!!
Si Arya así es, la naturaleza es un componente más de "esto" (vida) que tiene muchas cosas estupendas que regalarnos... solo hay que estar dispuesto y preparado para apreciarla. Si es así, nunca dejará de sorprenderte!
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte :-)
Qué buen rollo me acaba de entrar! :-) gracias!!
ResponderEliminarNoe
Gracias a ti Noe por pasar y dejar tu "buen rollo" ;-)
EliminarUn abrazo!
La gratitud y la confianza nos abren al milagro y el trébol que has encontrado es fruto de tu sintonía con la naturaleza. Muchas gracias por compartir la foto, es una maravilla y nos recarga de buena energía. Eres genial, Sara.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias a ti Karima!
EliminarMe ha encantando tu "eres genial" :-) fue una experiencia maravillosa y poder compartirla con vosotros un poquito... eso, si que es genial!
Tengo muchísimo que agradecerle a la vida. La naturaleza me ha enseñado lo mucho que hay de nosotros en ella y de ella en nosotros. Ha sido un gran aprendizaje personal.
Un abrazo enorme y siempre gracias!
Hola Sara:
ResponderEliminarEs una lástima que el estrés laboral, el funcionar diariamente como un reloj, sin prácticamente tiempo libre, la rutina, etc., te lleven a no saber apreciar la maravilla que nos rodea siempre, aunque sepamos verla.
Yo soy de costa, y para mi es primordial poder ver el mar, no lo veo cuanto quisiera, pero me reconforta saber que está ahí, sus olas, su vayvén, su sonido...Es mi vitamina.
Es muy bonito tu post, muy reconfortante, cargado de paz y te hace pensar en el beneficio que nos supondría dedicar unos minutos diarios a dar un buen paseo por un parque, un lago, un jardín, para recargar pilas, para tomar vida de la naturaleza, para reflexionar, para limpiarte del día...
Yo también suelo tener intuiciones como la tuya con el trébol...¿Son pensamientos previos hechos realidad? ¿Deseos tan profundos que cobran vida? ¿Una manera de adelantarse a lo que va a acontecer?...
Espero seguir disfrutando con tus textos. Un beso enorme.
Hola Laura, qué cuestiones más interesantes!
EliminarPienso que la intuición es real. Es una capacidad más que tenemos y que depende de nosotros desarrollar. Es algo abstracto y un tanto complejo para poder expresarlo como tal, pero si es cierto que cuando la experimentas es genial.
Un abrazo y yo espero seguir disfrutando de tus visitas :D