martes, 7 de mayo de 2013

Y ¿Por qué?


Y por qué el cajón de los cubiertos y no el cajón de los trapos o de las bolsas.

Cuando me decidí por crear este espacio, este blog, me di cuenta que tenía que ponerle un nombre. Era algo evidente, pero fue al rellenarlo cuando vi: “Nombre del blog”. Bff tuve que cerrar, no era tan fácil como pensaba. Así sobre la marcha, rellenando los datos. Antes de hacer nada tenía que pensarlo. ¡En qué estaría pensando!

Esa noche la pase rebuscando infinitos nombres, con y sin sentido, el cajón de esto, la caja de lo otro, el rincón de no sé qué, el rincón de no sé cuánto. Entre tú y yo, estaba hasta nerviosa. Y eso que esto del blog, no deja de ser una “aguja en un pajar”. Puede llegar a tanto y a la vez perderse entre tantísimo…

Bueno a lo que iba, pensando en el nombre, se me ocurrían todo tipo de cosas, y de repente, no sé de qué manera, porque no estaba en la cocina, es más estaba intentando dormir. Apareció el cajón de los cubiertos. El cajón de los cubiertos. El cajón de los cubiertos. Ya, tanto repetir me sonaba hasta extraño. Pero me gustaba. En seguida le busque la relación.

¿Cuántas veces al día abro el cajón de los cubiertos? ¿Una, dos, tres... cuatro? ¿Qué encuentro en él?

Hablando del ahora, al menos de mi ahora, todos comemos, todos necesitamos comer para sobrevivir y en su gran mayoría, siempre hay excepciones, lo hacemos con cuchillo y tenedor o cuchara. Así de simple. Sobrevivimos si nos alimentamos y para alimentarnos necesitamos un montón de “cosas”, entre ellas, una hoy en día imprescindible, son los cubiertos.

No había mejor manera de trasmitir mi intención, mi idea. Estamos llenos de un millón de herramientas que nos ayudan a sobrevivir y las tenemos tan cerca, tan a nuestro alcance, en nuestro cajón, que a veces ni nos damos cuenta. Supongo que no es tan sencillo. El cajón de los cubiertos existe, es tangible, le abres y ahí están todos los cubiertos colocaditos y sabes exactamente cuál coger para comer esto o lo otro. Sin embargo, en nuestro cajón no parece tan fácil. Ni siquiera tiene un nombre, ordenarlo depende de nosotros, no hay “espacios” para cada tipo de cubierto si no le creas y desde luego, esté sí que falla. No recuerdo ir alguna vez a la cocina a por un cubierto y que el cajón hubiera desaparecido.

Así que sí, tiene exactamente la relación que buscaba. 

1 comentario: